Adobe Kickbox. El proceso de la Red Box

por | Jul 19, 2017 | Opinión

¿Cuál ha sido el proceso de la Red Box?

Como ya os hemos contado en la entrada sobre «¿Cómo lanzar un programa de intraemprendimiento?«, el primer reto es comenzar el programa. Una vez se consigue lanzarlo, nos enfrentamos al siguiente, guiar a todos los emprendedores participantes en el programa ofreciéndoles el apoyo necesario para que consigan sacar adelante su proyecto.

El proceso de la Red Box comienza después de un Workshop. Dos jornadas de trabajo conjunto, en el que intraemprendores e ideas, se mezclan con metodologías y herramientas. Un bautizo intraemprendedor en toda regla. Cuando el Workshop termina, todos y cada unos de los intraemprendedores- tanto personal interno como universitarios recién graduados- pasan muchas horas pensando en su idea: «¿Cuáles son mis problemas?» «¿Es mi idea lo suficientemente buena?»...y comienza el duro recorrido por los diferentes niveles de la Red Box.

Pero los intraemprendedores no están solos en este camino. A lo largo de todo el proceso de la Red Box cuentan con la ayuda de «coaches» (expertos en la metodología Adobe Kickbox) que se encargan de resolver las posibles dudas metodológicas que tengan – que van a ser muchas – y guiarlos a través de los diferentes niveles de la Red Box. Además, de manera complementaria, dispondrán de la ayuda de un mentor corporativo por cada emprendedor/idea. El mentor es un especialista de la compañía en el  ámbito de actuacíón de cada uno de los proyectos. Cada mentor ayudará al intraemprendedor a definir su proyecto, despejar las incognitas y contactar con las personas clave dentro de la organización para que cada proyecto pueda seguir avanzando.

Una de las ventajas de Adobe Kickbox es que es un método que tiene unos niveles claramente definidos con unos objetivos alcanzables para ir avanzando entre los diferentes niveles de la RedBox.

Desarrollando el proceso de la Red Box

Las primeras fases que definen el proceso de la Red Box son de ideación. Empleando técnicas propias de «Design Thinking«, cada intraemprendedor debe tratar de definir al máximo su idea, ¿qué aporta a la entidad?, ¿qué podría ser mejor? ¿qué podría hacer de manera diferente? Y sobretodo, investigar acerca del mercado, de los competidores, de experiendas similares existentes, etc…

Una vez que el intraempendedor tiene la idea completamente definida, es el momento de pasar al tercer nivel: Mejorar la idea. Puede que la idea «en bruto» tenga mucho potencial, pero aún no está preparada para salir al mundo real y testarla con clientes. Por tanto, el intraemprendedor tiene un primer objetivo que alcanzar: construír la declaración Zen de la idea/proyecto. Esta es una de las partes más importantes del proceso de la Red Box, ya que tiene por misión definir completamente el proyecto en una simple frase.

También, dentro de este nivel, los proyectos tienen que desarrollar un «Bussines Model Canvas» en el que deben plasmar cuáles son las ventajas, puntos débiles, competencia, modelo de negocio, ingresos, gastos,… Como es habitual en cualquier metodología basada en Lean Startup, lo más probable es que no salga bien la primera vez, y sea necesario iterar. Para eso, es necesaria una implicación constante de los «coaches». Éstos deben de ser capaces de conducir a los innovadores, apoyándoles, facilitándoles herramientas y ofreciéndoles consejos que les ayuden a sortear las dificultades con las que se van encontrando.

Una vez desarrollado el «Business Model Canvas» , es la hora de pasar al cuarto nivel. En  este nivel, los intraemprendedores necesitan realizar sus primeros prototipos, lanzando sus primeras hipótesis. Lógicamente, necesitan un pequeño presupuesto para su ejecución, por lo que con cada RedBox se incluia una tarjeta precargada con el presupuesto asignado.

Los intraemprendedores deben Descubrir y Validar sus hipótesis y su idea con el mercado real. La manera más habitual de realizarlo es crear una «landing page» en la cual se muestre la idea, y así, mediante anuncios de Google AdWords, Facebook Ads, etc… dirigir tráfico a la página web y comprobar cuál es el interés real de los usuarios finales.

Este nivel es muy importante, y aunque pueda parecer complejo para los perfiles no técnicos, crear una página web, en la que se exponga la propuesta de valor, es relativamente sencillo gracias a las facilidades que ofrece la  tecnología  hoy en día. Hay que recordar, que sólo es un prototipo. Por lo tanto, se puede trasladar tu idea al público general de una manera muy efectiva y conseguir obtener tus primeras métricas que permitirán testar si vas por el buen camino…es decir, si tu idea tiene sentido para tus potenciales clientes.

El siguiente nivel de la Red Box, consiste en iterar sobre tu prototipo, sobre tu idea o sobre tus hipótesis. En definitiva, variar las propuestas de valor o la manera de transmitirlo y analizar cuál es el comportamiento de los usuarios. El objetivo es validar cuáles son las propuestas que le interesan más a los usuarios y cuáles las que menos. Puede que el intraemprendedor, descrubra que lo que creía que era importante, no lo es tanto, y lo que creía que no iba a funcionar, acabe convirtiéndose en el pilar fundamental de su proyecto. En cualquier caso, lo que es seguro es que el proyecto cambiará, se redifinirá y se transformará a lo largo de esta fase a medida que va recogiendo feedback de los usuarios.

Por último, llegamos al último nivel: Infiltrar. Cada intraemprendor, ya tiene una idea bien definida, con unas métricas que defiendan el interés real de la gente por ella. Pero queda uno de los pasos más complejos, infiltrar la idea dentro de la compañía, buscando los recursos necesarios para que pueda conseguir el objetivo final: La Blue Box.

En nuestro caso, el 75% de los proyectos que arrancaron el proceso con el workshop inicial, alcanzaron los objetivos de cada uno de los niveles de la Red Box. En este momento, cada intraemprendores y su proyecto necesitaban un espónsor. Por este motivo,  realizamos un Sponsors Day  en el que los intraemprendedores debían exponer su idea en 5 minutos ante directivos de la compañía y potenciales patrocinadores. 5 minutos para un «Pitch» donde había un petición de recursos necesarios para pasar a la siguiente fase y 5 minutos de preguntas. Todo con un único objetivo: conseguir captar la atención de los asistentes. Captar la atención, para que el espónsor quisiera saber más, y por tanto, aceptara la petición de recursos de cada proyecto para seguir explorando el mercado, durante la siguiente fase: la BlueBox.

Finalmente, tras dos sesiones intensas de presentaciones, se terminó la fase de la Red Box. El resultado: el 35%  de los proyectos que se presentaron al Sponsor Day consiguen los recursos necesarios (implican a algún directivo de la compañía) para pasar a la siguiente fase: La Blue Box. En este momento, el intraemprendedor podía pensar que ya ha acabado todo, pero en realidad no ha hecho más que empezar… Eso os lo contaremos en la siguiente entrada.