¿Cuánto tiempo tardas en validar una idea prometedora? ¿Meses? – Entonces deberías conocer el Design Sprint.

Las ideas no deberían ser impuestas en el diseño de producto, si no que deberían ser validadas. Idealmente, toda solución sería testada un número infinito de veces con los clientes para conocer cuál es la verdadera opinión y feedback de los usuarios. Sin embargo, eso no es siempre posible.

Basar el diseño de productos en juicios de valor y opiniones, puede llevarnos a dos estados indeseables: o bien creamos un producto que nadie quiere, o no innovamos y nos mantenemos en nuestra zona de comfort. (Lo que suele llevar a un fracaso más postergado, pero fracaso igualmente).

Ahí entra el Design Sprint, metodología desarrollada por Google Ventures, basada en Lean Startup, Design Thinking y que busca obtener un producto validado al final de una semana. ¡Sí, tan sólo una semana!

Dejemos que Jake Knapp nos lo explique:

¿Qué es el Design Sprint?

Design Sprint es un proceso de desarrollo de productos que permite a equipos obtener feedback de los clientes acerca de sus nuevos productos o servicios de una manera muy rápida y concentrada. Empieza a coger tracción a partir de la publicación de la manera de trabajar de GV en el famoso ya libro «Sprint» – Una guía detallada de cómo organizar un Design Sprint.

Design Sprint

Básicamente, todo Design Sprint comienza con un equipo de entre 7 y 9 personas, que durante una semana trabajarán codo con codo para resolver un gran problema o reto que haya dentro de la empresa/corporación/startups, mediante un prototipo que será testado.

Jake Knapp propone hacer un Sprint en 5 días de una semana, involucrando a un equipo formado por personas de negocio, así como técnicos y diseñadores. Cuanto más multidisciplinar, mejores serán los resultados obtenidos.

Es vital para el éxito de esta metodología también, que se liberen las agendas de los participantes durante la duración del mismo. ¡Si no el foco se perderá!

¿Cómo es el proceso del Design Sprint?

El Design Sprint debe comenzar con un reto de negocio. Una idea/problema convertida en un reto que el equipo afrontará a lo largo de la semana de trabajo y que deberá ser el centro de todas las actividades. Esta parte es realmente fundamental, y es quizá lo que marque el éxito o el fracaso del Design Sprint, por lo que involucrar a las áreas de negocio en la preparación de este reto, es imprescindible.

El lunes, se hará una sesión en la que buscamos entender cuál es el reto al que nos enfrentamos, para lo cual, contaremos con la ayuda de expertos puntuales, a los que entrevistaremos en las llamadas «Lightning talks», entrevistaremos a potenciales usuarios y haremos un mapa que nos permitirá elegir el área en la que queremos centrar nuestros esfuerzos.

El martes, se pasará a una fase en la que se harán bocetos de soluciones a ese apartado específico del problema. Para ello se utiliza una técnica llamada 4-step-sketch, que combina el potencial de trabajar de manera individual para encontrar diversas soluciones a un mismo reto.

El miércoles es el día de decidir, a través de un proceso de decisión estructurado , cuál será el prototipo que se construirá el día siguiente.

El jueves es un día completamente dedicado al prototipado de una solución de «cartón piedra», que transmita el flujo de usuario que se ha definido durante todo el sprint, pero que permita validar con usuarios. Es habitual utilizar herramientas de mockups como por ejemplo Adobe XD, o para validar productos físicos, la impresión 3D o modificar algún producto ya existente conforme a las características del nuevo producto.

Por último, el viernes es el momento de enseñar este prototipo a los usuarios y escuchar su feedback. Puede parecer demasiado precipitado enseñar algo construido en tan sólo un día, pero es increíble la cantidad de aprendizajes que se pueden obtener de ver cómo el usuario interactúa con el prototipo y valida/refuta las hipótesis construídas durante toda la semana.

¿Para qué nos puede ser útil el Design Sprint?

El Design Sprint es realmente útil para aquellas empresas que quieran testar nuevas ideas sobre las que no se tiene un alto grado de conocimiento sobre cómo desarrollarlas. La alta implicación que consigue de las áreas de negocio permite obtener un producto que satisfaga las necesidades internas, y la gran cantidad de contacto que hay con el usuario permite que estos desarrollos estén bastante alineados con el mismo.

Asimismo, este tipo de proceso es útil para aquellas organizaciones que no puedan destinar recursos técnicos a la implementación de prototipos ya que no es necesario desarrollar nada antes de obtener el feedback.

En resumen, es una gran manera de que se testen hipótesis de negocio de manera rápida, con un gran foco en los usuarios.

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