A punto de acabar el año, nos toca hablar sobre las tendencias que nos esperan para el 2024 dentro del sector bancario. Se aproxima un año emocionante y lleno de desafíos, donde la Inteligencia Artificial, la dependencia de la nube y la necesidad de desarrollar líneas de negocio sostenibles, serán los principales retos.

Sin duda, el uso de la IA sigue marcando el paso en cuanto a cómo se trabaja, cómo se evalúan los productor y la tendencia del sector financiero, permitiendo a las entidades contar con herramientas que analizan, categorizan y enriquecen toda la información relativa a los movimientos bancarios de los clientes. Veremos a las Fintech redoblar su inversión y utilizarla para tareas como servicios y asesoramiento robótico, evaluación de la solvencia crediticia, negociación algorítmica y evaluación y gestión de riesgos.

La sostenibilidad será otro de los vectores que marcarán el 2024 para las Fintech, y es que, cada vez más, los consumidores tienen en cuenta el impacto de sus hábitos de consumo y piden que las entidades financieras se alineen con sus inquietudes, ofreciendo – por ejemplo – la medición de la huella de carbono. En este sentido, se promocionará el pago digital, por encima de otras opciones menos sostenibles como los son los pagos en efectivo y las tarjetas.

Por otro lado, las Fintech reorientarán sus inversiones a la tecnología en la nube, inclinándose por soluciones de software llamadas Saas (Software as a Service), reduciendo la inversión en software tradicional. Esto va a permitir mayor escalabilidad y flexibilidad en los productos y en la integración de los servicios financieros en empresas no financieras.

En un mismo orden, las BaaS (Banking as a Service) y la WaaS (Wallet as a Service) están reconfigurando la forma en que los comerciantes aceptan los pagos, para así proveer a consumidores y negocios de un amplio abanico de pagos, que se traducirá en más opciones para realizar sus compras.

La aplicación de innovaciones tecnológicas a productos bancarios ofrecerá a las entidades una oportunidad para mejorar la vida de las personas, desempeñando un papel fundamental en el manejo de la economía doméstica. Hablamos del Cashback, la inclusión financiera o la hiperpersonalización de los servicios bancarios, entre otros.