Los 17 errores más frecuentes que cometen las startups
Cuando se monta una startup se quiere hacer todo perfecto, pero, si algo está grantizado es que se cometerán errores de los cuales habrá que aprender. Es por eso que os contamos los 17 más frecuentes para poder evitarlos.
1. Un único fundador
Una de las imágenes que nos viene a la cabeza cuando pensamos en una startup es la de una persona encerrada en su garaje creando un proyecto, pero nada más lejos de la realidad. La cantidad de startups que están creadas por un sólo fundador es muy reducida.
¿Cuál es el problema de tener un único fundador? Para empezar, la falta de confianza. El primer recurso al que se suele acudir cuando se empieza cualquier tipo de proyecto son los amigos y, si está solo, es que probablemente ningún amigo haya querido implicarse.
Eso significa que, cuando haya malos momentos, no tendrá quien le apoye y ayude a levantar el proyecto, haciendo que pueda fracasar mucho más rápido o perder el ánimo con mucha más facilidad.
Además, la cantidad de conocimientos necesarios para montar una startup es muy amplia, desde el marketing a la programación, etc. Tener un nivel suficientemente competente en todas las áreas es realmente complicado, por ello es interesante contar con un equipo. Así cada miembro podrá especializarse en un área, sin tener que preocuparse de las demás.
2. Mala ubicación
Aunque en la era digital no es tan vital la localización del proyecto, éste aspecto sigue siendo un factor relevante que puede marcar el éxito o fracaso de una startup. Moverse en un lugar en el que haya un ecosistema de emprendedores, inversores, aceleradoras, etc. puede contribuir a que una startup crezca de manera exponencial y suponer una catapulta al éxito.
Por el contrario, si la startup está aislada en un lugar sin ecosistema, tendrá muchas más dificultades para crecer.
3. Nicho demasiado marginal
Elegir un nicho demasiado pequeño al que orientar la startup puede suponer dos problemas fundamentales:
O bien el nicho no es suficientemente rentable por haber una cantidad muy reducida de usuarios potenciales que estarían dispuestos a pagar por el servicio/producto. O, por el contrario, el nicho es tan rentable que enseguida saldrán muchos competidores y no habrá mercado suficiente para todas las startups.
En ambos casos puede ocurrir que, por querer ser demasiado específicos, se acaben quedando con un público insuficiente para mantener el negocio. Hay que intentar buscar un nicho que sea lo suficientemente grande como para que pueda existir la competencia.
4. Ideas imitadoras
Muchas veces las startups que se crean son imitaciones de otras que ya han triunfado y, simplemente, intentan aplicarlas a nuevos mercados con alguna característica específica. Pero las ideas deben solucionar problemas y, si simplemente mejoran un poco algo que ya existe, es probable que la gente no lo vea como que tiene un problema que solucionar.
5. Obstinación
Uno de los mayores errores que puede cometer una startup es obstinarse en que su idea es la mejor y que su plan original es el adecuado. La realidad es que probablemente no, y que serán los experimentos con el mercado los que vayan configurando la versión final del producto o del servicio, para proporcionar algo que realmente necesiten las startups. Es aquí donde métodos como el Lean Startup nos enseñan a intentar llegar a ese producto de la manera más rápida posible y con la menor inversión posible.
Si los datos están sugiriendo que una idea no funciona, es probable que no vaya a hacerlo en un futuro, por mucho marketing que se le haga.
6. Subestimar la programación
Uno de los grandes problemas a los que se puede enfrentar una startup es subestimar la carga de trabajo que va a requerir su idea para llegar a ser implementada.
Habitualmente, este error es cometido por gente que viene del sector de negocio o de una formación más empresarial, y que no tienen una experiencia suficiente en el mundo de programación como para poder valorar adecuadamente cuál será la dificultad de implementar ciertas soluciones que requieran programación.
A veces, tareas que pueden parecer sencillas acaban siendo increíblemente complicadas de implementar y eso puede ralentizar el resto de procesos de la startup y, como consecuencia, hacer que fracase en el futuro.
7. Equivocarse en la plataforma
Muchas startups se encuentran en el borde de la innovación técnica y buscan utilizar todas las nuevas tecnologías y plataformas que vayan surgiendo. El problema es que, muchas veces, estas plataformas no tienen el apoyo suficiente ni la continuidad garantizada, haciendo que la startup quede debilitada debido al abandono de esa tecnología o la falta de soporte.
Un ejemplo claro podría ser una startup que estuviera basada en Google+ como red social. Google acaba de anunciar que interrumpirá el funcionamiento de esta plataforma en 2019, haciendo inútil la startup por una mala elección de plataforma.
No se puede predecir el futuro, pero emplear una plataforma que cuente con la confianza del mercado es una garantía adicional para una startup.
8. Tardar demasiado en lanzar
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una startup es tardar tanto tiempo en lanzar su aplicación al mercado (debido a querer perfeccionarla al máximo y solventar todos los pequeños detalles) que, en el momento en el que finalmente se lanza, la oportunidad de mercado puede haberse pasado y es necesario crear otro producto.
Si bien no hay que presentar algo que no esté listo objetivamente, la utilización de M.V.P. (te explicamos para qué sirven) permite que se agilice sobremanera el lanzamiento de una aplicación o un producto con la certeza de que va a tener público que le de acogida.
El software siempre estará listo al 80% y siempre habrá nuevas características que implementar. Pero no lanzar el producto hasta que todo esté al 100% es, además de una utopía, un gran error.
9. Lanzar demasiado pronto
Por el contrario, si las prisas dominan el lanzamiento de un producto o un servicio, puede que se cometa el error contrario y acabe presentándose un producto que no esté listo para el mercado (o un mercado que no esté listo para el producto).
Saber cuándo es el momento idóneo de lanzar un producto no es sencillo, pero si no está listo para que sea usado por los usuarios y se lanza para cumplir con un plazo establecido, la receta para el fracaso estará escrita. Debe tener ciertos estándares de calidad, funcionalidad y usabilidad, si no puede provocar un rechazo inicial a la empresa que posteriormente será casi imposible de superar.
10. No tener una Target Persona
Crear el producto y luego buscar a quién le puede interesar puede ser otro gran error de las startups. Las mejores ideas surgen de la necesidad de una serie de usuarios específicos. Si no conoces a tu usuario ideal, no sabrás cómo orientar el producto para captarlo.
Conocer su rango de edad, intereses, aficiones, demografía, etc. hará que el producto sea más adecuado para ellos, y permitirá desarrollarlo en base a una necesidad de ciertos usuarios.
Una startup no puede referirse a su target potencial como “Millenials” ya que este término abarca un campo demasiado grande como para que tengan gustos homogéneos. Si no puedes encontrar una persona específica que se ajuste a tu producto, quizá tengas que buscar una nueva manera de enfocar el mismo.
11. Conseguir poco dinero
La mayoría de las startups consiguen dinero a través de la financiación en algún momento u otro de su ciclo de vida. Esto es algo universalmente cierto, pero existe una segunda duda: ¿Cuánto dinero captar?
El dinero sirve por lo general para que la startup gane tiempo de vida, tiempo para desarrollar y tiempo para lanzar un producto al mercado. Y, si se calcula mal el tiempo necesario para empezar a generar ingresos, y se pide demasiado poco dinero, puede que la startup tenga que cerrar antes de lanzar su producto.
Como siempre decimos, la primera misión de una startup es crear un M.V.P. con énfasis en la parte de “mínimo”, con la menor cantidad de dinero posible.
12. Conseguir demasiado dinero
Por el contrario, cuando se consigue demasiado dinero para una startup, puede que ésta no sea capaz de cumplir con las expectativas que se generan sobre ella, o no sea capaz de saber qué hacer con tanto dinero y acabe malgastándolo (una oficina nueva mucho más cara, nuevos equipos, etc.)
Además, se provoca una mayor dificultad a la hora de pivotar (en caso de que sea necesario) ya que será necesario contar con la opinión de un inversor que controla un porcentaje significativo de la startup y, obviamente, cuanta más gente está implicada en el proyecto, más difícil será cambiar el rumbo del mismo.
13. Gastar demasiado dinero
¿Conoces la Churn Rate? Esta métrica nos da una idea de cuánto tiempo de vida le queda a una startup al ritmo de gasto actual. Normalmente se mide en meses.
Cuando se empieza una startup quizá no sea el momento de ir a una oficina exclusiva, quizá un coworking sea una mejor opción. Quizá tampoco hace falta acudir a todos los eventos y es mejor ir solo a unos selectos, o buscar incluso ahorrar en licencias de software y evitar gastar recursos en equipos demasiados caros.
Reducir los gastos es una manera muy sencilla de aumentar la esperanza de vida de una startup, ya que requerirá menos dinero para ser sostenible y podrá decidir con menos presión que con un reloj contante con el fin de los fondos de la misma.
14. Los inversores equivocados
Cuando os hablamos del “Smart Money”, recalcábamos la importancia de elegir un inversor o un mentor que aporte más que únicamente el dinero.
Pues bien, si se eligen los inversores erróneos se puede entrar en un bucle que acabe con el fracaso de la startup. Si se escoge un inversor que tenga una visión completamente opuesta a la del equipo fundador, lo más probable es que la relación no funcione.
También es importante cuidar la relación con el inversor, mantenerlo informado de los resultados, acciones y estrategia de la startup, así como escuchar sus consejos e incluirlo en los momentos pertinentes.
15. Poner el modelo de negocio antes de aportar valor
Este error es muy frecuente entre las startups, que muchas veces buscan generar ingresos sin tener claro cuál es la propuesta de valor que les ofrecen a los usuarios. Primero hay que centrarse en las necesidades de éstos.
Si se encuentra algo que solucione un problema, el modelo de negocio podrá venir después. Esto no significa que no se pueda tener un modelo desde el principio, si no que el foco debería estar puesto en resolver el problema al que se enfrentan los usuarios, y no en ganar dinero.
16. Problemas entre los fundadores
Otro de los motivos más frecuentes de fracaso de las startups es que los fundadores tengan rencillas personales o visiones diferentes acerca de la dirección que deberían tomar.
Una buena relación entre los miembros fundadores es fundamental para lograr el éxito, ya que habrá momentos de mucha tensión y estrés. Estar unidos y saber gestionar todos esos momentos de manera adecuada es una de las claves para que la startup consiga triunfar.
Encontrar alguien conveniente con el que fundar algo no es fácil, pero es una de las claves que pueden llevar al éxito, un buen equipo.
17. Implicarse a medias
Otro error común es que una startup sea un proyecto parcial de un grupo de amigos que dedican su tiempo libre a crearla.
Si no se le dedica la suficiente atención y tiempo, la startup estará condenada al fracaso, ya que gradualmente se irá abandonando y, cuando haga falta una implicación mayor, no habrá la motivación y las ganas suficientes.
Montar una startup es algo que requiere dedicación, mucho esfuerzo y trabajo, por lo tanto, no suele ser buena idea tenerlo como un proyecto secundario (aunque pueda haber excepciones). Los intentos a mitad de energía no suelen llevar a buen puerto.
En resumen…
Y esta es una lista con los 17 errores más comunes que cometen las startups y que pueden llevar al fracaso. ¿Cuáles has conocido en tu experiencia?
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